En esta edición dominguera, les acerco una jugada que presencié en el campo de juego. Debo confesar que sentí sana envidia al ver tal expresión de belleza. Es verdad que luego tuve la chance de plasmar mi obra cumbre (la patada al Rolfi), pero en ese momento me sentí conmovido y avergonzado por no haber podido conseguir semejante estilo artístico. Toda la jugada fue perfecta: aguardar al rival con paciencia, dejarlo pasar pero con una pierna menos, hermoso. Espero lo disfruten como yo en aquel momento.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
BONUS TRACK
1 comentario:
Tenía que ser el hijo de re mil putas de Brazenas. Encima con ese teñido de putazo terrible. Amarilla le sacás la concha de tu madre? Ojalá te vea por la calle y te voy con la plancha a quebrar como el Coco Ruggeri a Chila.
Publicar un comentario