
Pero como reza ese axioma del planeta fútbol los pases no se cierran hasta que no se firma todo, el “narigón” casi da marcha atrás. “Estábamos en el Registro Civil y yo le decía Gloria ¿si nos casamos el año que viene?”, amagaba con renunciar al anillo el Doctor. Cansada de esperar, la jueza de Paz dio el ultimátum: “¿Se van a casar o me voy?”, gritó. “Bueno, venimos el año que viene”, contestó dichoso Bilardo como esos jugadores que después de pegar una dura patada se van solos sin esperar la tarjeta roja del árbitro. “Pero me agarraron Manera y Poletti –los testigos- y me llevaron para adentro”, se resignó.
Gentileza http://carlosbilardo.blogspot.com
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