Paren las rotativas: Huracán y su técnico, Ángel Cappa, se consagraron ayer campeones del fútbol argentino. No ganaron el Clausura, pero eso qué importa: en un ejercicio de memoria infrecuente en un ambiente cada vez más esnob y codicioso, el plantel y el entrenador del club de Parque Patricios visitaron por la mañana el Museo de la Memoria que funciona en la otrora Escuela de Mecánica de la Armada. Además, una vez terminado el recorrido por uno de los emblemas de la última dictadura, el entrenador viajó desde Núñez hasta al barrio Zabaleta, en Barracas, donde charló de fútbol con chicos y chicas de una de las zonas más vulnerables de la Capital Federal. No es casualidad que el Huracán de Cappa sea el equipo que mejor interpreta y juega al fútbol en la Argentina: el Globo profesa sensibilidad dentro y fuera de la cancha.
En el mismo lugar en el que funcionó un centro clandestino de detención, tortura y exterminio, Cappa tomó el micrófono y les dijo a sus jugadores: “Acá se gestó uno de los mayores crímenes del país. Este Museo de la Memoria representa el conocimiento de nuestra historia para fortalecer la democracia e impedir que vuelva a suceder algo semejante. También sirve para rendir homenaje a esos jóvenes que soñaban con un país más justo, más solidario y más igualitario y, finalmente, para rendir homenaje a todos los que pagaron con su vida ese sueño”. Muchos se emocionaron. Todos aplaudieron. Cappa no sólo es docente como técnico –tal vez el único con esa vocación en Primera–. También lo es fuera del fútbol.
A su lado, estaba el defensor Carlos Arano. “Estoy sorprendido por el lugar donde estuvieron los secuestrados. Esto es escalofriante”, aseguró. Y enseguida recomendó la visita: “Les digo a todos que vengan para interiorizarse de lo que pasó acá”.
El delantero César González se lamentó por no haber podido ir, pese a que es venezolano y no está tan interiorizado de la historia argentina. “Lo lamenté mucho, pero se me hizo imposible. Lo bueno es que en el club me prometieron que habrá otra visita muy pronto”, le dijo el Maestrico a Crítica de la Argentina.
Además de Cappa, Arano, Goltz, Bolatti y muchos otros jugadores de Huracán, también estuvo un ex futbolista del club, Claudio Morresi, que desde 2003 es el secretario de Deporte de la Nación. Morresi conoce bien el lugar: su hermano Norberto fue desaparecido el 23 de abril de 1976. Por eso, abrazado a él, ayer también estuvo su padre Julio. “Hay 30 deportistas desaparecidos y la actitud de Huracán dignifica el compromiso de esos deportistas, algunos de los cuales pasaron por acá”, señaló el funcionario.
Y lo que muchos no hacen en una vida, Cappa lo hizo en un día: desde la ex ESMA, el DT se fue hacia al barrio Zabaleta. “Yo nací en un lugar parecido a éste, en Bahía Blanca. El fútbol es de los barrios, nace en los barrios. Por más que algunas grandes empresas se apropien de las ganancias que produce el jugador, no nos pueden sacar la pelota. En lo futbolístico, ya soy feliz si mi equipo juega bien”, dijo Cappa, durante el encuentro organizado por La Poderosa (www.lapoderosaong.com.ar), una organización social que trabaja en todo el país. Marche una vuelta olímpica para Huracán y Cappa.
Gentileza Crítica Digital.
En el mismo lugar en el que funcionó un centro clandestino de detención, tortura y exterminio, Cappa tomó el micrófono y les dijo a sus jugadores: “Acá se gestó uno de los mayores crímenes del país. Este Museo de la Memoria representa el conocimiento de nuestra historia para fortalecer la democracia e impedir que vuelva a suceder algo semejante. También sirve para rendir homenaje a esos jóvenes que soñaban con un país más justo, más solidario y más igualitario y, finalmente, para rendir homenaje a todos los que pagaron con su vida ese sueño”. Muchos se emocionaron. Todos aplaudieron. Cappa no sólo es docente como técnico –tal vez el único con esa vocación en Primera–. También lo es fuera del fútbol.
A su lado, estaba el defensor Carlos Arano. “Estoy sorprendido por el lugar donde estuvieron los secuestrados. Esto es escalofriante”, aseguró. Y enseguida recomendó la visita: “Les digo a todos que vengan para interiorizarse de lo que pasó acá”.
El delantero César González se lamentó por no haber podido ir, pese a que es venezolano y no está tan interiorizado de la historia argentina. “Lo lamenté mucho, pero se me hizo imposible. Lo bueno es que en el club me prometieron que habrá otra visita muy pronto”, le dijo el Maestrico a Crítica de la Argentina.
Además de Cappa, Arano, Goltz, Bolatti y muchos otros jugadores de Huracán, también estuvo un ex futbolista del club, Claudio Morresi, que desde 2003 es el secretario de Deporte de la Nación. Morresi conoce bien el lugar: su hermano Norberto fue desaparecido el 23 de abril de 1976. Por eso, abrazado a él, ayer también estuvo su padre Julio. “Hay 30 deportistas desaparecidos y la actitud de Huracán dignifica el compromiso de esos deportistas, algunos de los cuales pasaron por acá”, señaló el funcionario.
Y lo que muchos no hacen en una vida, Cappa lo hizo en un día: desde la ex ESMA, el DT se fue hacia al barrio Zabaleta. “Yo nací en un lugar parecido a éste, en Bahía Blanca. El fútbol es de los barrios, nace en los barrios. Por más que algunas grandes empresas se apropien de las ganancias que produce el jugador, no nos pueden sacar la pelota. En lo futbolístico, ya soy feliz si mi equipo juega bien”, dijo Cappa, durante el encuentro organizado por La Poderosa (www.lapoderosaong.com.ar), una organización social que trabaja en todo el país. Marche una vuelta olímpica para Huracán y Cappa.
Gentileza Crítica Digital.
1 comentario:
sos un ejemplo Cappa, ojalá le des una alegría al público quemero.
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